INFORME PERSONAL SOBRE EL TEMA
“EL KRAUSISMO EN ESPAÑA. PRINCIPIOS TEÓRICOS
Y SEGUIDORES”
El
krausismo fue un movimiento cultural inspirado en la doctrina filosófica de
Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832).
Tuvo gran significación y amplitud en España, donde fue introducido por
Julián Sanz del Río (1814-1869) a través de la Institución Libre de Enseñanza,
un proyecto pedagógico que se desarrolló durante medio siglo (1876-1936) y que
tuvo una importante repercusión en la vida intelectual del país, desempeñando una
labor fundamental de renovación educativa, cultural y social.
El krausismo español fue más un “estilo de vida” que una
filosofía, y supuso una tentativa de reforma de la enferma sociedad española
del siglo XIX para integrarla en la cultura racionalista europea, aportando
soluciones a las lacras nacionales.
Los
krausistas españoles eran fundamentalmente liberales, librepensadores, reformistas, anticlericales y partidarios de la
supeditación de la fe a la razón. En literatura, se declararon
anticlasistas y anti románticos, y combatían la literatura superficial y vacía,
de evasión, al gusto de la burguesía isabelina.
En
educación, aspiraban a una reforma total de la enseñanza desligando a la universidad
del Estado y de la Iglesia, para que se apoyara en la sociedad y sirviera a esta,
combatiendo la ociosidad intelectual, despertando la afición a los estudios, el
amor a la verdad y el interés hacia la ciencia. Pretendían transformar la
espantosa realidad española de aquel momento.
El krausismo en España supuso una fecunda
renovación espiritual cuyo influjo se dejó sentir en el campo de la literatura
(Galdós, Clarín), la enseñanza (Julián Sanz
del Río, Francisco Giner de los Ríos, Castelar, etc.) y la política.
Los
“neocatólicos” atacaron furiosamente a los catedráticos krausistas, que no se
sometieron a la obligación de prestar juramento de fidelidad al trono y a la
Iglesia, y acusándoles de combatir la unidad religiosa de la patria y de
concomitancias con la masonería consiguieron
su destitución. Los que se quedaron tuvieron que enfrentarse a la
censura, la persecución y el ninguneo de su labor, y los exiliados trasladaron
a diversos países su labor fecundadora de la vida cultural.
En mi
opinión fue una lástima que no prosperara el krausismo en España, pues hoy
viviríamos en un país más moderno, libre de la influencia retrógrada de la Iglesia.
Valencia, 9 de noviembre de
2014
INFORME PERSONAL SOBRE EL TEMA
“EL KRAUSISMO EN ESPAÑA. PRINCIPIOS TEÓRICOS
Y SEGUIDORES”
El
krausismo fue un movimiento cultural inspirado en la doctrina filosófica de
Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832).
Tuvo gran significación y amplitud en España, donde fue introducido por
Julián Sanz del Río (1814-1869) a través de la Institución Libre de Enseñanza,
un proyecto pedagógico que se desarrolló durante medio siglo (1876-1936) y que
tuvo una importante repercusión en la vida intelectual del país, desempeñando una
labor fundamental de renovación educativa, cultural y social.
El krausismo español fue más un “estilo de vida” que una
filosofía, y supuso una tentativa de reforma de la enferma sociedad española
del siglo XIX para integrarla en la cultura racionalista europea, aportando
soluciones a las lacras nacionales.
Los
krausistas españoles eran fundamentalmente liberales, librepensadores, reformistas, anticlericales y partidarios de la
supeditación de la fe a la razón. En literatura, se declararon
anticlasistas y anti románticos, y combatían la literatura superficial y vacía,
de evasión, al gusto de la burguesía isabelina.
En
educación, aspiraban a una reforma total de la enseñanza desligando a la universidad
del Estado y de la Iglesia, para que se apoyara en la sociedad y sirviera a esta,
combatiendo la ociosidad intelectual, despertando la afición a los estudios, el
amor a la verdad y el interés hacia la ciencia. Pretendían transformar la
espantosa realidad española de aquel momento.
El krausismo en España supuso una fecunda
renovación espiritual cuyo influjo se dejó sentir en el campo de la literatura
(Galdós, Clarín), la enseñanza (Julián Sanz
del Río, Francisco Giner de los Ríos, Castelar, etc.) y la política.
Los
“neocatólicos” atacaron furiosamente a los catedráticos krausistas, que no se
sometieron a la obligación de prestar juramento de fidelidad al trono y a la
Iglesia, y acusándoles de combatir la unidad religiosa de la patria y de
concomitancias con la masonería consiguieron
su destitución. Los que se quedaron tuvieron que enfrentarse a la
censura, la persecución y el ninguneo de su labor, y los exiliados trasladaron
a diversos países su labor fecundadora de la vida cultural.
En mi
opinión fue una lástima que no prosperara el krausismo en España, pues hoy
viviríamos en un país más moderno, libre de la influencia retrógrada de la Iglesia.
Valencia, 9 de noviembre de
2014
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